El derecho a lo torcido

El blog para los amantes del derecho paranormal ¡¡¡HEMOS VUELTO POR ACLAMACIÓN POPULAR (jajo jajota)!!!

miércoles, 5 de agosto de 2009

La vida en rosa

Cada cuatro minutos se rompe una pareja. Por tanto, diariamente se producen en España 357 rupturas de parejas, según una noticia publicada hace unos meses en la prensa. Muchas parejas ponen fin a la relación familiar en el juzgado, convirtiendo el Juzgado en campo de batalla.

Sin embargo, siempre será mejor llegar a un acuerdo en cuanto a los efectos de la ruptura familiar, que optar porque sea un tercero imparcial (el juez) quien imponga esas consecuencias, con el inevitable resultado que a nadie convencerá al completo.

Muchos compañeros letrados, con buen criterio, afirman que es preferible que el abogado medie, entienda, escuche y busque soluciones alternativas al conflicto suscitado entre la pareja, dejando de lado la batalla judicial. Pero no siempre se puede dialogar, y en ocasiones encontramos al cliente movido por resentimiento, que lo que desea no es negociar, sino despojar hasta de sus pertenencias más íntimas a su antaño pareja, hoy desafectada.

La racionalidad y coherencia del abogado debe imponerse a los vehementes impulsos del cliente.

También es cierto que hay abogados que lejos de apaciguar, no dudan en incendiar el conflicto, haciendo buena aquella máxima de "enrevesa y cobrarás más". Vade retro.

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