El derecho a lo torcido

El blog para los amantes del derecho paranormal ¡¡¡HEMOS VUELTO POR ACLAMACIÓN POPULAR (jajo jajota)!!!

sábado, 23 de abril de 2011

La pseudo-televisión que nos llega

Tanto tiempo esperando nuevos canales y ahora resulta que llegan y es morralla pura.

La llegada del digital ha traído la imagen turbia o pixelada (según días) en parte subsanada con la emisión HD, lo que a su vez obligará antes o después a comprar otros aparatos y otros televisores a los sufridos consumidores.

Pero ese no es el tema. El tema hoy es que la televisión gratuita en España es sencillamente inaguantable.

La causa es económica, de matemáticas puras. Si antes teníamos seis canales que se repartían la audiencia, y que por tanto se repartían igualmente el pastel publicitario, ahora el mismo pastel se reparte entre veinticinco. Y si antes el presupuesto (basado lógicamente en los ingresos publicitarios) ascendía a un importe, ahora ese importe se ha diezmado. Resultado: morralla pura de contenidos.

No en vano los programas de moda son los documentales-reality, con periodistas cortados por el mismo patrón (treintañeros, algo locuaces y desconocidos, sus tres cualidades más destacadas) y que te llevan a ver las casas de los vecinos, te muestran por enésima vez la miseria del chabolismo, o se suben a la ambulancia o al coche policial, documentales mil veces vistos y que o porque son baratos o porque todavía no aburren (o ambas cosas) se multiplican en todas las cadenas.

Los contenidos caros, de grandes estrenos televisivos, o de eventos de interés son historia, dando paso a la orgía del documental barato, rozando el ridículo más absoluto el canal Veo 7, que bajo el sobrenombre de "Escuela de periodistas" emite productos verdaderamente infumables de los todavía estudiantes, documentales en proyecto que dan verguenza ajena y que evidencian que la altura de nuestra televisión roza el suelo.

El genial Luis Piedrahita glosaba en uno de sus libros varios ejemplos de cómo bajo la pátina de supuestos avances tecnológicos, el resultado era una auténtica basura, revestida con una imagen moderna. Otro día nos dedicaremos a hablar de Luis, pero en la TDT tenemos un ejemplo modélico de ello.

No hemos llegado al digital para que las programaciones estén a años luz de las que se emitían en analógico, ni para que la televisión basura analógica progrese hasta la televisión excremento que tenemos. De los mil y un documentales baratos de La Sexta, a la producción propia de Cuatro (más documentales de reporteros, que están de saldo), pasando por los experimentales de Veo 7 (he llegado a creer que están experimentando a ver si la audiencia puede llegar al cero) para concluir con el cine de este mismo canal o el de Intereconomía, películas de los años cincuenta con filtros amarillos y audio desincronizado de la imagen.

No hablemos ya de las tertulias con personajes salidos del túnel del tiempo, bien sexagenarios con pasado franquista, bien treinteañeros de polo Lacoste que perfectamente lucirían camisa azul de la Falange, lo digo por las formas, por la ideología y por su vehemencia en pantalla. Lo importante es gritar que la Iglesia está perseguida mientras que las venas se marcan en sus cuellos.

Posiblemente la pseudo-televisión que tenemos sea simplemente una muestra de la sociedad politizada y materialista que padecemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La justicia es un servicio público - expresa tu opinión.